Todos tenemos reveses y caídas en el camino a los objetivos que nos fijamos, pero la actitud con la cual los enfrentemos es lo que marca la diferencia.
Año a año en la primera semana de Enero realizo el ejercicio de proponerme metas a corto y mediano plazo de tal forma de ir controlando de forma factible sus logros, “obligándome” a seguir en movimiento y asegurándome así la evolución que me propuse a largo plazo.
Te invito a que hagas este mismo ejercicio.
Siéntate este domingo de tarde tranquilamente con lápiz y papel en mano y define qué objetivos quieres lograr a mediados de año y a fines de año, realistas, medibles, y fundamentalmente que te hagan bien a ti y a quienes te rodean. Escribe las herramientas que tienes y las que te faltan y como lograr obtenerlas. Busca caminos nuevos, pensamientos nuevos, gente nueva que te ayude en este nuevo propósito.
El universo solo conspira a favor de aquellos que se mueven conscientemente para conseguir lo deseado.
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